其实用这个分类不大恰当,但我还是选择了这个。这篇文章来自:http://www.enrodaje.cinecolombiano.com/4maldicion_de_telemundo.htm,文章的主要内容是评论一些有关哥伦比亚的电视剧,我的意思是有哥伦比亚人参加或者有哥伦比亚的电视媒体参与的意思。

里面有一段说到 Anita, no te rajes 里面的诸多破绽。主要是嘲笑那里的口音问题。真的很好笑,笑死人。但虽然好笑,但也是不可避免的,因为演员要国际化,不同国家有不同的口音,你很难把他们的口音都统一了。不过这也造成了这样的跨国电视剧的一个难题,儿子和老子居然口音不一样,一个家庭有很多不同的口音,这好像有点说不过去,但这样的跨国合作的电视剧难以避免。即使之前有目的对演员们进行语言训练,但一辈子学来用习惯的发音不是说变就变。所以跨国的电视剧的确可以阵容鼎盛,但同时语言问题也很明显,即使像 Anita, no te rajes 里面的演员,虽然都是母语为西班牙语,但所处国家不同,口音不一样,虽然大家能够互相理解,但作为观众听起来还是觉得别扭,当然这个“观众”自然不包括我这些什么都听不懂的“外国人”。也幸好自己什么都听不懂,他们说什么口音我也没感觉,免得像那些听得到,但又无法抗拒的人那样活受罪。

以下就是原文:

LA MALDICION DE TELEMUNDO

Un poco de trasfondo…

Telemundo es la segunda cadena de televisión en español de los Estados Unidos – dependiendo siempre de cómo esté comportándose Telefutura, la “cadena hermana” de Univisión, en los índices de audiencia del día. Telemundo le llega a más o menos el 92% de la población hispano parlante del país y es propietaria de 10 estaciones en algunas de las áreas de mayor población hispana de la nación. Por otro lado está Univisión, un verdadero gigante de la comunicación en español – con presencia en la televisión, radio, Internet, y su propia casa disquera – la cual llega al 97% de la población de habla hispana del país. Su poderío es tal que se considera la quinta cadena televisiva del país después de la ABC, CBS, NBC y Fox. En ciudades tan importantes como Los Angeles y Nueva York, por ejemplo, sus noticieros y programas han logrado índices de audiencia más altos que las cadenas nacionales en inglés.

Telemundo es propiedad de NBC-Universal y su mayor propósito es disminuir lo más posible la gran diferencia en niveles de audiencia con su rival Univisión. Su plan ha sido distinguirse por producir el 100% de su programación en hora “prime”, la cual tiene que enfrentarse al bloque casi invencible de telenovelas de Televisa que presenta Univisión. Un artículo en Yahoo! News del 24 de junio habla acerca de la más reciente estrategia de Don Browne, el nuevo presidente de Telemundo: incrementar el número de telenovelas que produce con Argos Producciones de México, además de comprar más programación hecha en México. Según Browne, “si vas a estar en el negocio de la televisión en español en los Estados Unidos, lo mejor es estar en México”. ¿Será esta nueva estrategia la salvación de Telemundo?

Un fenómeno llamado Yo soy Betty, la fea…

Lo peor y a la misma vez mejor que le pudo haber pasado a la televisión en español en los Estados Unidos durante los últimos casi seis años tiene nombres y apellidos: Fernando Gaitán, Beatriz Aurora Pinzón Solano y Armando Mendoza. El inesperado y arrollador éxito de la transmisión de Yo soy Betty, la fea por Telemundo (otoño 1999 a mayo 2001) fue un verdadero oasis en el desierto para los televidentes. Como el mismo Gaitán alguna vez comentó, Betty contó la misma historia de siempre en una forma diferente. Y no fue solamente Betty, la fea la que vino a llenar este vacío televisivo. También estuvieron ¿Por qué, diablos?, La baby sister y Pedro, el escamoso. ¡Qué placer era disfrutar estas historias narradas inteligentemente, con personajes creíbles, actuaciones de primera, toques de humor y casi ningún elemento melodramático del típico y aburridor novelón de siempre! Pero, este oasis televisivo fue tan efímero como los del Sahara. Después de Pedro, el escamoso , las últimas telenovelas cien por cien colombianas transmitidas por Telemundo fueron Luzbel está de visita – a la cual le cambiaron el título a Adrián está de visita para no ofender las supuestas sensibilidades del público, que se molestaría por la referencia a Lucifer – y la mediocre Sofía, dame tiempo .

Los pactos – Caracol y RCN le venden el alma al diablo por un par de pesos

El resultado del éxito de Betty y compañía fue las alianzas entre Caracol/RTI – Telemundo y RCN – Univisión. El acuerdo entre RCN y Univisión relegó las telenovelas colombianas al horario de las 5:00 p.m. en Telefutura (la susodicha “cadena hermana” de Univisión) cosa de que nunca compitieran con las telenovelas de Televisa que Univisión transmite de 7:00 p.m. a 10:00 p.m. todas las noches. Las únicas tres telenovelas de RCN que han sido transmitidas desde entonces han sido El intútil , La costeña y el cachaco y Milagros de Amor. Después de esta última, Telefutura ha transmitido dos producciones venezolanas, Mi Gorda Bella y Juana, la virgen. Según los rumores de pasillo, la exitosísima Todos quieren con Marilyn no va a ser transmitida por Telefutura después de que termine Juana, la virgen. De las producciones originales de Caracol, como Pecados Capitales o La saga , no se ha visto, y aparentemente no se verá, ninguna por Telemundo.

No debemos dejar de mencionar el desastroso acuerdo entre Telemundo y Globo TV de Brasil. Su primera y última co-producción, la versión en español de la telenovela brasileña Vale Todo fue un rotundo fracaso para Telemundo. Vale Todo fue protagonizada por la mexicana Itatí Cantoral, el peruano Diego Bertie, e incluyó un elenco de conocidos actores colombianos (Consuelo Luzardo, Alejandra Borrero y Agmeth Escaff), mexicanos, peruanos, cubanos, y puertorriqueños. Lo interesante, y ultimadamente fallido, de esta producción fue que se grabó en Brasil y su trama se desarrollaba en el país carioca. ¿Qué sentido tenía ver todos estos personajes hablando en español en medio de Río de Janeiro y otras ciudades brasileras? El que la novela tuviera un alto nivel de producción, como todo lo de Globo, no pudo salvarla del fracaso ya que el casting de la pareja principal fue realmente decepcionante y la historia no funcionó contada en español.

Borrando a Colombia del mapa – parajes y español neutrales…

Las producciones de RTI y Telemundo son la otra cara de lo que fueron Betty, la fea y sus contemporáneas. Sus telenovelas son en su gran mayoría refritos como Amor Descarado (grabada en los estudios RTI de Miami); Pasión de Gavilanes, La mujer en el espejo , y Te voy a enseñar a querer (grabadas en Colombia); también están las producciones “originales” como Anita, no te rajes , grabada en Miami también.

Las nuevas telenovelas grabadas en Colombia comparten una espeluznante característica – el grandísimo esfuerzo del equipo de producción por negar y obliterar toda referencia cultural y geográfica a Colombia. ¡Es como si Colombia no existiera! Para el televidente que sabe, le es muy raro ver las placas de los carros en el conocido color de las colombianas – pero les falta un importantísimo detalle. Ninguna está designada como proveniente de Bogotá, La Calera, Manizales, Cali o Medellín. Los paisajes y la arquitectura también son obviamente colombianos, pero jamás nadie se refiere al nombre del pueblo o ciudad donde se está desarrollando la trama. Ningún personaje va a Bogotá, por ejemplo, sino a “la capital” o “la ciudad”. La música que predomina en estas producciones es netamente mexicana: corridos, rancheras y norteña. ¡No hay piñata ni otro tipo de fiesta sin un mariachi a cuestas! Las bebidas preferidas son el tequila y las Margaritas. ¿Y el vestuario? Todo el mundo en blue jeans, botas de vaquero y accesorios de cuero. ¡Y cuántos caballos! Ni que fueran los famosos spaghetti westerns de Sergio Leone…

Y no se nos puede olvidar el importantísimo tema del “español neutro”. El anterior presidente de Telemundo, Jim McNamara (nacido y criado en Panamá de padres estadounidenses) tiene un fervor casi religioso por el tema. Usted se preguntará, ¿qué es el español neutro según RTI y Telemundo? El español neutro para ellos es conseguir borrar cualquier rasgo, acento o entonación que distinga al actor como nativo de cualquier otro país que no sea México. Por lo tanto, es una equivocación llamarlo español neutro – lo que quieren conseguir es el “mexicano neutro”. Bajo la excusa de internacionalizar sus telenovelas, de que se puedan vender y entender en todos los rincones de habla española y de que también tengan un “sonido” familiar para los televidentes mexicano-americanos, las producciones de RTI y Telemundo no tan solo le exigen a sus actores que hablen de esta manera sino que excluyen todo tipo de coloquialismos de sus libretos. Por ende, ningún actor contesta el teléfono diciendo “aló” sino “bueno”, nadie maneja un carro sino un coche o automóvil. ¿Cómo entonces pudo la colombianísima Yo soy Betty, la fea triunfar no tan solo en todos los países de América Latina donde se transmitió sino que también arrasó en LA MADRE PATRIA?

Sin embargo, esto del español neutro es más fácil discutirlo que ponerlo en práctica. Por ejemplo –

En la telenovela Te voy a enseñar a querer , el personaje de Miguel Varoni es el padre de hijos interpretados por un argentino y una mexicana – ninguno de los tres logra hablar el famoso español neutral y su nacionalidad es fácil de detectar. Los hermanos en Pasión de Gavilanes fueron interpretados por un cubano, un venezolano y un argentino, que tenían una mezcla de acentos realmente confusa, y una colombiana. ¡Qué lío!

El español neutro nunca logrará ser más que un concepto tipo pajaritos en el aire porque nuestra identidad como colombianos, puertorriqueños, venezolanos, argentinos, chilenos nicaragüenses, etc., etc., está indiscutiblemente unida a cómo hablamos el español. Por más que Jim McNamara quiera asemejar el español neutro al inglés neutro, está queriendo comparar manzanas con platanos. Cuando un actor estadounidense de Nueva York o de Boston o de Texas, o aún un británico o australiano, modula su acento en inglés para que suene neutro, no está dejando atrás su personalidad cultural. Sin embargo, nuestros acentos como hispano parlantes son una parte vital de nuestra esencia, de quiénes somos.

Entonces, ¿por qué insisten RTI y Telemundo en esta campaña de mexicanización? Por una simple razón: quieren subir sus niveles de audiencia y quieren quitarle televidentes a Univisión; consideran que la única forma de hacerlo es prestándole más atención a la población hispano parlante más grande de los Estados Unidos: los mexicano-americanos. Pero, ¿están lográndolo? Parece ser que no. Los índices nacionales de audiencia de Telemundo no logran siquiera alcanzar los de Univisión en ciudades donde los televidentes hispanos son en su mayoría de descendencia mexicana, como Los Ángeles y San Antonio. La razón de esta disparidad se puede atribuir en parte a que Univisión tiene un número mucho más grande de estaciones a nivel nacional y por ende tiene alcance a un número más grande de televidentes. Sin embargo, si fuera solamente cuestión de programar para atraer televidentes mexicano-americanos, Telemundo debió haber barrido en los niveles de audiencia (más de su usual promedio de 6.5 puntos versus los más de 20 puntos de Univisión) en Los Angeles, San Antonio o Dallas, con sus novelas de RTI Pasión de Gavilanes (que todavía sorprende al haber sido un éxito arrollador en Colombia), A mor Descarado, Prisionera, Anita, no te rajes , las de Argos Ladrón de Corazones , Gitanas y Los Plateados , y sobre todo con La ley del silencio. Esta última fue específicamente diseñada y su propaganda hizo énfasis en ser una telenovela que era un reflejo fiel de la realidad de los inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos. Se filmó en Dallas, Texas y su protagonista era el mexicano José Ángel Llamas. Curiosamente, la protagonista fue la colombiana Flora Martínez – para variar, haciendo de mexicana. En vez de ser un éxito, La ley del silencio terminó siendo un desastre. Aunque mucha gente atribuyó su fracaso a una trama lenta, esto no fue lo único que obligó a Telemundo a cortarla después de solamente 60 de los 120 capítulos planeados. ¡No hay forma de que Telemundo gane una!

Anita, no te rajes o como algo tan prometedor terminó siendo tan decepcionante

Esta producción “original” de Telemundo y RTI parecía reunir todas las características del éxito. La propaganda preparó a los televidentes para ver una historia fresca y original, con mucha comedia. Era la misma historia de la niña pobre que se enamora del hombre rico, pero con el incentivo de que su creadora y libretista principal, la venezolana Valentina Párraga, era conocida como alguien que le inyectaba humor, originalidad y chispa a sus libretos. Hasta aquí vamos bien. El elenco principal también pintaba bien: los colombianos Jorge Enrique Abello y Marcelo Cezán; la mexicana Ivonne Montero en su primer protagónico; los venezolanos Natalia Streignard, Eduardo Serrano, Elluz Peraza y Jeannette Lehr; el peruano Roberto Moll; y las cubanas Isabel Moreno y Martha Picanes. Además de ellos, el resto del elenco incluía más venezolanos, puertorriqueños y mexicanos.

La Torre de Babel de Anita, no te rajes

Los únicos personajes que tenían nacionalidad definida y específica eran el de Anita, su mamá/tía y la mayoría de los vecinos de la vecindad de Anita en Miami: todos mexicanos. El personaje de Cachita también fue específicamente presentado como una cubana. El resto de la población de la novela provenía de un país hasta ahora desconocido– la tierra de los hispanos neutro. No importa las veces que Jim McNamara y sus secuaces insistan en que esto se puede lograr, en práctica es un desastre de proporciones quijotescas.

  • El personaje de Marcelo Cezán es el nieto de un personaje interpretado por una actriz cubana. En ningún momento nos dejan saber de qué país son. La actriz suena cubana, Cezán suena – más o menos mexicano.

  • El protagonista, interpretado por Jorge Enrique Abello, es el hijo y hermano de personajes interpretados por venezolanos (Eduardo Serrano y Alejandra Kuvé). Jorge Enrique suena como lo que es, un “rolo” bogotano. Serrano logra no sonar netamente venezolano, pero Kuvé parece cubana. Hasta donde sabemos, los hijos de hispanos en los Estados Unidos tienden a tener el acento de sus padres…

  • Natalia Streignard y Jeannette Lehr, ambas venezolanas, logran amaestrar su acento venezolano lo suficiente pero jamás podríamos llamar su esfuerzo “español neutral”.

  • ¿La ridiculez de casting más grande de la telenovela? Escoger a Michelle Manterola, que parece que se acaba de bajar del último vuelo de Mexicana de Aviación procedente del DF, como la nieta de la ultra cubanísima Cachita, quién supuestamente la crió cuando perdió a sus padres.

  • La venezolana Elluz Peraza, una buena actriz, fracasa en su lucha por sonar mexicana como su personaje. No es que suene venezolana, pero de mexicana no tiene ni un pelo. Su hijo y su hijastra en la novela son interpretados por los ¡venezolanos! Laura Termini y Gabriel Parisi. Termini logra sonar mexicana pero Parisi suena ¿confundido?

  • ¿Por qué razón tuvo el colombiano Christian Tapán que interpretar el personaje del mejor amigo del protagonista, un cura, con acento mexicano?

  • Un puertorriqueño y un colombiano se rajan al tratar de ser más mexicanos que Pancho Villa. Era verdaderamente patético escucharlos usar expresiones mexicanas en su vano afán interpretativo.

Muy importante en toda esta payasada es indagar un poco más el por qué Telemundo insistió tanto en vender esta novela como un reflejo de la experiencia de los inmigrantes en los Estados Unidos. Los personajes interpretados por Abello, Streignard, Cezán, Tapán, Manterola y Kuvé, por ejemplo, estaban supuestos de haber nacido y criados en Estados Unidos – lo que en inglés se llama first generation American (primera generación americana). Por lo tanto, estaban supuestos a ser completamente bilingües. Desafortunadamente, las pocas veces que el libreto los obligó a pronunciar palabras en inglés, y aquí no le estamos echando la culpa a los actores en ningún momento, su falta de fluidez fue más que obvia. Los personajes de Termini y Parisi eran hijos del único (al que mataron, pobre) personaje supuestamente 100% estadounidense (su nombre era Tom O’Donnell y por sus venas no corría gota de sangre hispana) de la novela – a quién su esposa mexicana llamaba “mi gringo bello” – y criados en Beverly Hills, California. Termini habla inglés, pero jamás suena como un nativo y esto se notó las veces que el libreto requirió que lo hablara. Parisi ni lo intentó, porque no podía. Como televidentes de novelas sabemos que lo menos que tienen estos programas es semejanza con la realidad. Sin embargo un POQUITO de esfuerzo por alcanzarla sería realmente apreciado.

Miami, la Meca mexicano-americana…

Si no vivieramos en Miami y la única forma de enterarnos acerca de cómo es fuera viendo Amor Descarado, Prisionera o Anita, no te rajes , podríamos jurar que los mexicano-americanos son dueños de la ciudad. Lo triste es que eso es completamente falso. Aunque Miami siempre será identificada con el gran número de cubanos y descendientes de cubanos que viven aquí, hay muchísimos colombianos, nicaragüenses, venezolanos, argentinos y puertorriqueños que llaman a Miami su casa. También hay hispanos de otros países de América Latina y México, pero son tan pocos que es la excepción en vez de la regla encontrarse con ellos. Sin embargo, los genios de Telemundo y RTI han diseñado sus producciones filmadas en Miami para que esto parezca un clon de Los Angeles, California.

Siguiendo con el tema de Anita, no te rajes … La trama se basa en la historia de una pobre, huérfana, inocente, bellísima, adorable, virginal, vivaracha (tan vivaracha que a veces parecía uno de esos frijolitos saltimbanqui mexicanos), falta de roce social, damisela mexicana. Su vestimenta eran camisetas sin mangas, mini-faldas (casi micro-faldas, pero muy inocente y virginal ella siempre), zapatos deportivos Converse, muchos colorinches y tres trenzas que volaban por el aire cada vez que se movía. Era casi como la Chilindrina de El Chavo del Ocho , pero en versión grande y sin la paleta. Nuestra heroína conoce por casualidad, o cosas del destino, a su príncipe azul en Los Angeles (pero los tacaños de RTI no soltaron la platica para filmar allá, sino que fueron a West Palm Beach a filmar estas escenas). Él, por supuesto, es rico, apuesto, mayor que ella, simpático, divino, educado y casado. Para no entrar en demasiados detalles, Anita está de ilegal en los Estados Unidos porque después de la muerte de su madrecita adorada y santa (que en realidad era su tía) va en busca de su tía (que en realidad es su mamá que la abandonó, se cambió el nombre y nunca más le mandó ni un peso ya que no pudo aguantar que su hija fuera el fruto de un ultraje por el hijo de su patrona). Anita llega a Miami, donde vive su príncipe azul, en busca de una amiga de familia cubana porque su mamacita y su tía la habían conocido cuando trabajaron de empleadas domésticas (ilegales, por supuesto) muchos años antes en la ciudad. Ya en Miami la trama se desarrolla y cada uno de los personajes que nos van presentando, sin fallo, tiene algo que ver con Anita y además se conocen entre ellos. ¡Increíble! En un área metropolitana tan grande como lo es ésta, eso no es tan solo increíble: es imposible.

Si Telemundo y RTI hubiesen querido hacer una historia verdaderamente original y con una pizca de conexión a la realidad, el personaje de Anita habría tenido que ser venezolana, colombiana o argentina. Estas nacionalidades son las que están llegando a Miami todos los días por cuestiones económicas y políticas y son las que realmente reflejan la realidad del inmigrante legal e ilegal en Miami. O aún mejor habría sido que el protagonista masculino, otra vez de nacionalidad que no fuera mexicana, fuera el inmigrante ilegal. Y ¿qué tal haber hecho que Anita no fuera una pelele sin educación pero una mujer profesional, hecha y derecha, que tuvo la necesidad como miles otras, de emigrar? ¡Eso sí habría sido original! ¿Y qué tal el complejo de apartamentos donde termina viviendo Anita? Con la excepción de Cachita, la cubana, el 99% de los vecinos eran mexicanos. ¿Desde cuándo se ve esto en Miami? Aquí hay áreas, por ejemplo, como Sweetwater donde la mayoría de los residentes son de descendencia nicaragüense, por supuesto están la Pequeña Habana y Hialeah donde son de descendencia cubana, o El Doral a donde se han mudado muchos venezolanos. Pero, ¿una conglomeración de mexicanos? No, eso no ocurre en Miami. Cachita tiene en su casa un altar donde la estatua más grande no es la de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de los cubanos. La más grande es la de ¡Nuestra Señora de Guadalupe! Además, en varias ocasiones sirvió de comer tacos y otros platillos mexicanos. Seamos sinceros, esto no pasaría en ningún hogar cubano de por aquí. Y para completar, Anita abre un muy concurrido carrito de vender ¡tacos! en la playa. En casi todas las esquinas de Miami se pueden comprar perros calientes, churros y arepas, ¿pero tacos? ¡NO!

De comedia “light” a baño de sangre…

Como mencionábamos antes, Anita, no te rajes estaba supuesta a ser una novela con un toque bastante fuerte de comedia. En sus mejores tiempos nunca alcanzó la originalidad y sutileza de Yo soy Betty, la fea o La baby sister, por ejemplo, pero más o menos logró su cometido. Tenía toques de comedia y romance y era una manera agradable de pasar una hora frente al televisor. Los personajes antagónicos eran malos, pero de esos malos cómicos, bastante torpes y poco inteligentes. Sin embargo, los altos mandos de Telemundo comenzaron a preocuparse de que esta fórmula de telenovela cómica no les estaba trayendo los niveles de audiencia esperados en los importantes mercados de California y Texas. Al diablo que la novela estuviera teniendo buenos índices de audiencia, para Telemundo, en otras partes del país; eso no importaba. Por lo tanto, se tomó la descabellada decisión de transformar la novela (sin cambiar el cabezote, que parecía una fiesta) en una truculencia total de clichés melodramáticos y sangre. A Anita la deportan a México (esta vez RTI sí encontró el presupuesto para filmar en el DF) y sintiéndose (por supuesto, equivocadamente) abandonada por su príncipe azul casi muere de amor. Pero como el mítico ave fénix, se levanta de esa cama y se convierte en ¡Anita Terminator! Se encuentra con su papacito millonario, que aunque fue un ultrajador termina siendo de los buenos de la novela, y gracias a él y a su mamita (la tía que por fin se entera que es su madre, y aunque la odia la quiere), Anita se convierte en toda una mujer en el corto espacio de seis meses. Le cambia la voz, le hacen un makeover tipo Srta. Venezuela; aprende de ópera, literatura y música clásica; a usar el utensilio correcto a la hora de comer; a hablar inglés; a usar computadores… Y como si eso fuera poco, ¡la niña consigue un pasaporte americano! Sin explicación alguna (porque es que no la hay), Anita se convierte en ciudadana americana y el libreto completamente rompe con el hilo de una historia que supuestamente iba a representar las dificultades de los inmigrantes ilegales de legalizarse en los Estados Unidos.

El resto es un desastre tipo Titanic – nuestro príncipe sufre de amnesia, la mala ahora sí es mala de verdad. La trama se centra en demostrar las distintas maneras que la antagonista va a usar para matar a sus enemigos – aunque ni para eso sirve porque a los únicos que logra matar son al perrito de Anita, al que mata congelándolo, y la muerte sin querer de un personaje de poca monta que se cae por el hueco de un ascensor. Todo esto mientras canta desafinada la cancioncita de Yo tenía 10 perritos… Un personaje es acusado de homicidio, va a la cárcel, no le pasa nada, la policía es de un incompetente que no se puede explicar para resolver un caso que no tiene misterio. ¡Y las embarradas de producción! Heridas de disparo que desaparecen, diagnósticos de cáncer que de un día para otro dejan de ser condena a una muerte rápida. Al final de este enredo, la antagonista se suicida (cosa de que los protagonistas se puedan casar por la iglesia), hay boda, seguramente parten ponqué (aunque eso no lo vemos) y el último capítulo parece otra vez una comedia romántica. Con todo esto, que supuestamente es lo que le gusta a las audiencias mexicano-americanas, Telemundo nunca logró acercarse ni un poquito a los niveles de audiencia de Univisión. Telemundo tuvo un máximo de 7 puntos comparado con hasta 25 de Univisión a la misma hora.

Decisiones…

Tan pronto Telemundo se dio cuenta de que La ley del silencio no levantaba los niveles de audiencia, tuvo que de inmediato arreglárselas para remplazarla. ¿La respuesta a este dilema? Decisiones. Esta serie de unitarios, 40 en total – 20 grabados en Miami y 20 en Bogotá – se transmitiría en el horario de las 10:00 p.m. hasta que estuviera listo el próximo programa, un reality. Decisiones es la versión de Telemundo de Mujer, casos de la vida real de Televisa que Univisión transmite por las tardes (con muy buenos índices de audiencia). Todas las noches se presenta una historia de principio a fin, basada en un caso de la vida real. Los elencos han incluido a Jorge Enrique Abello, Consuelo Luzardo, Ricardo Dalmacci, Ivonne Montero, Diana Quijano, Eduardo Serrano, Michel Brown, Ana Lucía Domínguez, Javier Gómez, Sonya Smith, Aura Cristina Geithner, Agmeth Escaff, Xilena Aicardy, Lady Noriega, Lully Bosa, Marcela Agudelo, Marcela Carvajal, Silvia de Dios, Patricia Grisales, Daniel Porras, Marcelo Cezán, Juan Pablo Shuk y muchos otros más. La anfitriona de la serie, en Televisa/Univisión lo es Silvia Pinal, es la argentina, que está en todo como el arroz blanco, Candela Ferro. Mientras la Pinal tiene un tono maternal y dramático, la Ferro es más moderna pero realmente aburrida. Los pésimos textos que tiene que leer los repite de una manera sosa y predecible – todas las noches usa los mismos gestos en el mismo momento del programa; lo único que cambia es el ajuar del día.

Para prestarle un aire original a todo esto, se supone que el televidente se sienta como el protagonista de la historia (algo completamente ilógico). Por lo tanto, a eso de la mitad del programa, Candela interrumpe y propone dos “decisiones” a tomar basadas en la historia (a veces pareciera que los que escribieron las opciones no han visto el capítulo, porque ¡nada que ver!). Entonces los televidentes son invitados a usar sus celulares y escoger una de las decisiones. Nunca, jamás han presentado nada acerca de qué decide la audiencia.

El gran esfuerzo de RTI y Telemundo por hacer que Colombia parezca un cero a la izquierda se destaca en los episodios filmados en Bogotá, que son obvios no tan solo por el elenco (aunque a veces sale uno que otro actor que no es colombiano), sino también por los paisajes y la vestimenta, y que además tienen una calidad de producción bastante superior que los de Miami, son editados con escenas de exteriores de ¡Miami! ¡Qué tal!

**Telemundo y Producciones Argos: la mexicanización de Manolo Cardona

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El colombiano Manolo Cardona podría servir como la mascota del movimiento “español neutral” de Jim McNamara. Desde que empezó a trabajar para Telemundo ha protagonizado Ladrón de Corazones y Gitanas , ambas producidas en México. ¡Y Manolo suena como un mexicano de los de verdad! Realmente se sacó un 10… Donde es especialmente notable esto es en Gitanas , la cual aunque grabada en México supuestamente se desarrolla en un lugar y tiempo indefinido. Pero, a diferencia de las novelas de RTI grabadas en Colombia, todo el mundo habla como mexicano. ¿No podrían hacer lo mismo con las novelas grabadas en Colombia? ¿Por qué será?

Lo próximo en Telemundo

El cuerpo del deseo de Julio Jiménez, otro refrito de RTI-Telemundo filmado en Miami, y protagonizado por Andrés García (gracias a Dios solamente durante los primeros capítulos), Mario Cimarro (con su musculatura en toda su gloria, melena más larga que nunca y ahora con barba) y Lorena Rojas reemplazará La mujer en el espejo el día 18 de julio. Nada más que pensar en que los personajes de Andrés García y Mario Cimarro tocan un piano de cola es suficiente razón para no verla.

Natalia Streignard, la Sra. Cimarro en su vida privada, y el peruano Christian Meier son los protagonistas de la más reciente novela a caballo de RTI-Telemundo, La Tormenta. Por supuesto será grabada en Colombia pero como es de esperar, está cortada por la misma tijera que Pasión de Gavilanes y Te voy a enseñar a querer. Todavía Telemundo no ha anunciado la fecha de estreno de esta nueva producción.

Telemundo-RTI presentó durante el upfront de primavera en Nueva York, un unitario filmado en Colombia basado en una serie chilena llamada Lotería , acerca de qué le pasa a la gente que se gana el premio mayor. Supuestamente Jorge Enrique Abello grabó al menos uno de los episodios. El plan es transmitirla los domingos en la noche, pero Telemundo no ha anunciado cuándo comenzará.

**¿Podrá Telemundo romper la maldición?

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Las probabilidades de que Telemundo alcance los niveles de audiencia de Univisión, aún con intervención divina, son casi nulos. Si los ejecutivos de Telemundo aceptaran la realidad de que siempre serán el David al Goliat de Univisión, y en vez de copiar a Univisión desarrollaran una estrategia sólida de contra-programación (como pasó con Yo soy Betty, la fea o Pedro, el escamoso ), podrían entonces convertirse en la opción preferida de los muchos televidentes que no quieren ver lo mismo de siempre de Univisión. Aunque no logren los altos niveles de audiencia de Univisión, lograrían realmente diferenciarse con programación de calidad. De no ser así, tienen asegurado el fracaso, no importa cuantos toques mexicanos le den a sus programas.